Por: Natalie Harker
Un momento para reflexionar, un alto en medio de la ciudad, un respiro profundo, un renovar. Es esta tranquila pausa la que se experimenta al visitar el Centro de Conciencias Catalinas, un punto de encuentro para liberar, un espacio abierto para el bienestar y sencillamente un lugar para dejarse llevar. Hace ya casi 4 meses un grupo de personas se unieron por voluntad en esta gran casona del microcentro en la ciudad de Buenos Aires . Quizá era el momento, quizá era el lugar, pero el llamado llegó a cada uno de quienes conforman el centro y la unión se empezó a construir.
Esta espontánea creación, hoy se nutre del aporte comprometido de cada uno de sus miembros. Desde agosto, frente a la posibilidad de aprovechar el espacio, Rodrigo Accurso, miembro de la ONG Redes de Paz, reunió un grupo de personas dispuestas a asumir el desafío de lograr un equipo que, conformado por distintas voluntades, se anclo a una sola intención: la confianza en que se puede vivir de otra manera.
Así, hoy se genera una nueva opción de sanación, reencuentro, re-apoderamiento y exploración propia, un momento de calma y experiencia personal donde se encuentra lo que se viene a buscar. Una vivencia desde lo individual y para todos, en la que conciencias catalinas se suma al trabajo de una vida cada vez más conciente. Todas las propuestas que aquí se desarrollan van ligadas a un objetivo común: la conciencia de nuestra existencia en este mundo. Cualquier actividad que ejercite el manejo armonioso de nuestro existir con nuestro entorno es bienvenida en este espacio que se expande y evoluciona continuamente.
Junto a Rodrigo, Laura, Cecilia, Juan Pablo, Darío y Diego conforman el grupo "energía viva", que hoy es el motor del centro, personas de áreas diversas que se suman en un mismo fin. Yoga, meditación, terapias energéticas, música, taichí y reiki, aportes diversos, múltiples conocimientos que se unen para un sólo bie/p>tar.
La materialización de la voluntad se hace visible con este espacio, que desde la calle Marcelo T. Alvear al 405, hoy recibe, da, y deja fluir la energía de cambio, la fuerza de la conciencia y la capacidad de bienestar.
"Este es un grupo de gente con caminos distintos, que nos hemos cruzado en la vida en distintas oportunidades, hoy nos reencontramos, resonamos juntos, y así empezamos a trabajar". Laura Rey, integrante del centro.
Agradecimiento especial al Centro de Conciencias Catalinas,
Entrevistados:
Laura Rey.
Rodrigo Accurso.
Diego Verruno.
Cecilia Fernández.