Por: Ivonne Morales
Humanidad, naturaleza y luz. Una línea transversal que atraviesa este juego de pigmentos. La materialización proyectiva y seductora de una búsqueda personal ilustrada espontáneamente en imágenes del pasado, el presente y lo etéreo.
Las talentosas manos de Ceci Lee son las autoras de esté despertar lumínico, una artista multifacética que tras entrar a estudiar la carrera de Diseño de Imagen y Sonido, descubrió que lo suyo era la plástica y decidió cambiar su rumbo y volver a las manos.
Estos cuadros son el sublime resultado de la simpleza de está artista plástica que no encasilla esta obra en un título pues para ella “las imágenes son pura sensación. Las palabras sobran.”
Simplemente témpera fluorescente, sus manos y la luz negra logran esté despertar de la materia, con una reducida gama de colores, evitando perder el efecto de luminosidad, pero logrando esté especial dialogo entre el color y la textura.
Para ella, la pintura es la concretización de esas imágenes que vienen de la nada y que se apoderan de su mente hasta que las plasma. Pintar es sentir, jugar, es simplemente dejarse llevar.