El consumo de leche producida de forma industrial es uno de los principales responsables de las alergias.
La hormona de crecimiento aplicada a las vacas para agilizar su producción lechera está ligada con el origen de células cancerígenas en cualquier lugar del cuerpo humano.
Los alimentos no orgánicos, incluyendo vegetales y frutas, contienen tóxicos, insecticidas y pesticidas que pueden producir alteraciones neurológicas, además de frecuentes alergias del sistema respiratorio, piel e intoxicaciones alimentarias.
El exceso de proteína animal hace que el organismo recargue el trabajo de los riñones y del hígado, produciendo deshidratación intracelular y como consecuencia ureas altas, albúminas, retención de líquidos, inflamación de los miembros inferiores y gota.
El 95 % de las aves son alimentadas con hormonas y antibióticos al igual que sucede con los cerdos, esto produce triquinosis y mayor susceptibilidad a las infecciones, ya que nuestro sistema inmunológico no reacciona a los antibióticos cuando es necesario el uso de ellos.