La guerra de Cubiertos



Actualmente existen en términos generales dos opciones de alimentación. Aquella impuesta que impera desde antaño, tan accesible y que se mecaniza de manera casi inconsciente en nuestra vida diaria; y otra nueva alternativa, que crece y se subdivide como una revolución en distintos niveles, pero se enfrenta a un sinnúmero de dificultades dentro de una organización social que aún la desfavorece.

Alimentación tradicional:

La mayoría de compañías de alimentos son multinacionales, vigentes en un sistema de demanda internacional de productos tal que exige la sobreproducción artificial de estos. El 70% de la producción alimentaria de la Argentina está concentrada en las grandes comercializadoras.

El contenido proteico de alimentos como la carne y los lácteos son de gran prestigio, tanto médicos como los Ministerios de Salud y Educación aconsejan su consumo.

6mil kilos de zanahorias, 4mil de manzanas, mil de cerezas pueden ser cosechados en la misma cantidad de tierra que se requiere para producir 50 kilos de carne vacuna.

Para producir 1kg de carne se gastan 15 kg de cereales alimentando animales. 50 personas podrían tener un plato de alimento.

20 mil litros de agua son invertidos en la producción de carne. Mientras 2.000 personas sufren de escasez de agua.

60 millones de personas mueren de hambre cada año.

Según la FAO, la producción Ganadera se ha convertido en un importante factor de degradación ambiental.

Alimentación revolucionaria:

Según publicaciones de la FAO, en contextos adecuados la rentabilidad de la agricultura orgánica en el mercado puede contribuir a la seguridad alimentaria local y aumentar los ingresos familiares.

El valor de los productos orgánicos suelen superar en un 20% a la producción industrial.

Se han realizado pocos estudios para evaluar las posibilidades de obtener sobreprecios del mercado orgánico a largo plazo.

Los Productores orgánicos afirman que la información sobre la alimentación sana y/o orgánica se hace cada vez más accesible. Sin embargo, la logística de los alimentos orgánicos se queda atrás.

La agricultura familiar es un proceso en construcción en la Argentina. Cada vez más se profundiza maneras de tener cultivos familiares de autoabastecimiento incluso a nivel urbano.

La agricultura familiar funciona en la medida que este ligada con las políticas públicas de Estado y el ideal de soberania alimentaria.