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La Revolución de la Diversidad

El ánimo de abolir una sociedad homo y transfóbica crece en Latinoamérica y corona a la Argentina como estandarte de una lucha que trasciende la ley.

Por Ivonne Morales y Natalie Harker

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Sangre y colonización, minorías que conviven en un mundo donde la igualdad parece un utópico difícil de alcanzar. En mayo de este año la muerte de Daniel Zamudio, homosexual chileno, generó la tardía aprobación de la ley antidiscriminación en dicho país, mismo mes en que el periodista y activista de la Comunidad de Lesbianas y Gays de Honduras Erik A. Martínez es asesinado sumándose a 42 casos similares que quedaron impunes en 3 años. Una historia similar se repite con la trans Agnes Torres en México, país que paradójicamente incluye el matrimonio homosexual en su Constitución, al igual que Colombia en donde además el conflicto influye en las dinámicas de maltrato y discriminación.

Sin embargo, la bandera multicolor se alza y crece la esperanza con un Uruguay que posee unión civil homosexual al igual que Ecuador, además de leyes de antidiscriminación a las que se suman Perú y Venezuela. Pero la cuna de Gardel es el verdadero ícono de la lucha por la diversidad en la región, al menos así lo demuestra el papel. Hace dos años aprobaron la ley de Matrimonio Igualitario, luego, la ley de adopción y esté año coronan su lucha con legislaciones que permiten figurar en el documento nacional según identidad de género y que toda persona pueda unirse en matrimonio dentro del territorio argentino, sin importar sexo ni raza.

En palabras de Marcela Romero, secretaria general de la Red Latinoamericana y del Caribe de personas trans y presidenta de la Asociación de Transformistas, Transexuales y Transgéneros de la Argentina (ATTA) “este país funciona como modelo en cuanto a diversidad sexual en Latinoamérica, estamos compartiendo nuestras iniciativas con los países vecinos. Necesitamos que esto se siga reproduciendo.” Es así como el movimiento por la diversidad sexual rompe fronteras y crece paulatinamente en la región, pero su tarea debe continuar destruyendo los preconceptos sociales insertos en la cotidianidad.

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El movimiento y sus golpes

Los sollozos de seis golpes de Estado y una cultura inmigratoria parecen ser la razón que potencia la lucha argentina. Según recopilación histórica de la Comunidad Homosexual Argentina (CHA), en el 67 durante la dictadura de J.C. Onganía, un comunista expulsado del partido por ser gay se reunió en los suburbios con un grupo de trabajadores homosexuales, de clase media, para discutir las injusticias de las que eran víctimas. Nace Nuestro Mundo, primer grupo Homosexual Político de América del Sur, el cual gracias a la incorporación de figuras intelectuales se convertiría más tarde en el Frente de Liberación Homosexual (F.L.H). Aunque según relata Marcela (ATTA), una nueva dictadura militar en el 76 secuestra, desaparece y asesina a sus activistas aniquilando el movimiento.

Al caer la represión política en el 84 el movimiento homosexual renace bajo el nombre del CHA y según comenta Claudia Castro, quien preside la agrupación de Lesbianas y Mujeres Bisexuales La Fulana, en el 2005 gracias al regreso de la lucha social y la llegada del Kichnerismo al gobierno nace la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (FALGBT), creada en Rosario tras la crisis del 2001. Alianza que reúne a todo conglomerado que lucha por la igualdad de las minorías sexuales. Hoy existen más de treinta agrupaciones diferenciadas por sexo (La Fulana), ideología (Putos Peronistas) y hasta aspecto físico (Club de los Ositos).

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La segmentación de la lucha

Movimientos por la diversidad sexual que reconstruyeron el camino que la misma sociedad obstruyó, con creencias y valores errados, muchos años atrás, en donde una sociedad “hetero-normativa” fue impuesta como 'deber ser'. Hoy los representantes de las colectividades LGBT coinciden en afirmar que los avances en Argentina trascienden la ley, sin embargo, las circunstancias son diferentes para cada colectividad. Además “mientras más te alejas del cono urbano las cosas son diferentes”, como declara Esteban Paulón, presidente de la FALGBT, las leyes de matrimonio igualitario e identidad de género, los más jugosos frutos de esta cosecha, tienen una práctica cotidiana diferente en las grandes capitales que en las pequeñas provincias.

Según Paulón (FLGBT), la provincia de Santa fe es la más progresista en este sentido. En marzo fue escenario del primer matrimonio homosexual de extranjeros, una pareja de líderes del movimiento por los derechos humanos “Somos Gays” de Paraguay. Simón Cazal y Sergio López viajaron para casarse y volver unidos a la lucha en su tierra. Acto que significó la legalización posterior de los vínculos foráneos en Buenos Aires. Para Simón “regionalmente este avance es clave, es el impulso para luchar por el matrimonio igualitario en la región, tarde o temprano, por la vía legal, civil o la vía que corresponda vamos a lograr el matrimonio igualitario en Latinoamérica."

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Evolución de la identidad

El colectivo trans dentro de la lucha por la diversidad sexual en Argentina, y en general en Latinoamérica, es el que presenta más dificultades, y es por esta razón que los mayores índices de inmigración extranjera y migración interna (desde las pequeñas provincias a la ciudad) se presentan en esta población, "migran saliendo de malas condiciones de vida a las que son reducidas, con altos porcentajes de VIH y malas condiciones de salud" afirma Paulón (FALGBT).

Laila Flores, transformista peruana que vivió tres años en Buenos Aires, confiesa que "claramente somos grupos que luchamos en común por la diversidad, pero los Trans somos los más marginados de la sociedad. Aunque eso yo lo veo más acá en Perú que en Argentina. Debe ser por eso, que avanzan exitosamente."

Según comenta Marcela (ATTTA), como coletazo de la dictadura, la persecución policial y la criminalización del transexualismo han sido unos de los obstáculos más complejos. En la actualidad, surgen leyes que rechazan esa discriminación, sumando planes de reinserción laboral en donde el apoyo estatal genera un cambio importante. Sin embargo, aún la discriminación es parte de un inconsciente colectivo que aprendió a pensar lo diferente como algo sentenciable.

El 9 de mayo, la aprobación de la Ley de Identidad de Género, que define la identidad como algo personal, propio y libre, significó un cambio social, como lo afirma María Rachid (autora del proyecto de identidad de género). En acuerdo con la propuesta de dicha ley, son los prejuicios, mitos y preconceptos sociales el principal obstáculo. Esta norma hace visible a una comunidad históricamente excluida, los que siempre fueron símiles se hacen al fin iguales ante la ley.

La alternativa Queer >>

La alternativa Queer

De esta forma, se recuperan cada vez más y mejores espacios que tanto la comunidad trans, como en general las minorías sexuales, habían perdido en el país. Desde lugares de encuentro, bibliotecas, sitios temáticos, hasta boliches y bares se abren como escenarios para la expresión de la diversidad sexual. Entre estas actividades no podía escapar un gran icono de la argentinidad, el tango, un baile típico, símbolo de la construcción social patriarcal y tradicional de la Argentina, se convierte hoy en un baile sin roles.

Así surge “tango queer”, un espacio en el que se puede aprender de este mítico ritmo despojándose de los roles convencionales; así lo baila Soledad, una conocedora del tango y profesora de esta danza, para la cual la libertad de jugar el rol deseado hace de este baile algo aún más interesante. Pero esto no solo se debe a la libertad dentro del baile, sino también, como lo comenta Mariana, quien desde hace ya 6 años encabeza estos encuentros de tango, "el tango queer es muy poderoso como acto de visibilidad." Así la gente comienza a percibir la diversidad sexual como una realidad y no como algo extraño.

Este espacio coherente con la teoría queer se basa en la autodesignación de la identidad, rechazando las clasificaciones sexuales que limitan las variaciones personales y culturales de cada persona. Tendencia en la que el género no es tan solo un hecho biológico, lo cual hace posible entender identidades que no entran dentro de las categorizaciones existentes.

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Educación, punto de partida

En una cultura en donde se avanza en diversidad, la educación cumple un rol fundamental. Así lo piensa Francisco Quiñones, uno de los creadores del primer Bachillerato Popular dirigido principalmente a la comunidad trans, pero que incluye la participación de todo aquel que sintió la marginación de la educación convencional. "Mocha Celis", nacido en Capital Federal, es un espacio libre de discriminación que pretende generar cambios de pensamiento desde el sistema educacional.

Desde el 19 de marzo más de treinta estudiantes asisten a este lugar a aprender y poder ser. Esta propuesta alternativa, basada en la autogestión, pretende romper con la educación convencional binaria y heteronormativa. Y es que según Francisco “el currículo oculto de la educación tradicional es el que omite la existencia de una diversidad sexual, presente hasta en la naturaleza animal y eso causa que ese estudiante mañana discrimine”.

“Mocha Celis” además de ser un espacio libre de discriminación, también pretende ser un espacio de construcción propia de conocimiento para evitar la transmisión inconsciente de los valores que se presentan en la escuela convencional. En palabras de Francisco "un espacio para romper las barreras de pensamiento impuestas y generar una identidad libre."

Así brota en la práctica una iniciativa que anhela replicarse, para acabar con los preconceptos sociales y eliminar la discriminación desde su raíz: La ignorancia. Y aunque aún queda un largo camino por recorrer el movimiento argentino atraviesa lentamente las instancias constitucionales, sociales y educacionales, derribando el sentimiento de utopía al sur del continente y encendiendo la ilusión para luchar por un mundo con igualdad.

Mocha Celis
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