Por: Ivonne Morales
Sutil y silencioso decora mis latidos, enciende así la mirada de un extraño y el pestañeo del olvido. Loco habitante de mi mente ilusiona y extirpa el alma de las cosas, para acariciar mis parpados con tu energía e ilustrar la memoria.
Como Isaac Newton nos comentaría siglos atrás, el mundo, se dice, no es de colores. Parece ser que su descubrimiento, de que la luz blanca "choca" con algún cuerpo y refleja lo que nuestro cerebro percibe como tal, fue la inspiración de COBRACOLOR, instalación artística de Lucila Heinberg ilustrada por su amigo Ignacio Flores en estás imágenes.
Según está teoría, el color habita en la luz, no existe en la realidad y solo es percepción humana. Entonces parece ser que creer en su existencia real es un verdadero acto de fe, como la religión. Sin embargo, no sabemos si Newton tuvo que ver esto, pero lo claro es que Lucila quiso materializar la fe, en un momento difícil de su vida, vistiéndola de la energía y de todo lo que para ella significa el color. Y es que si el mundo realmente no lo tiene, ella se lo entregará.