Los plásticos biodegradables son materiales útiles e interesantes, pero sólo pueden usarse cuando suponen un beneficio concreto para un producto específico. La mejor manera de ayudar a salvar el planeta es mejorar los métodos de reciclaje y de recuperación de los plásticos.

322 millones de bolsas que se dejarían de consumir si una de cada cinco personas ahorrase seis por semana.